La Evangelización
La segunda vocación de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo, según los Estatutos, es "la evangelización, como testigos de Jesucristo muerto y resucitado, a través de
todos los medios" (Estatutos 1.5.2.). La Comunidad participa así, conscientemente, de la vocación de toda la Iglesia que, en palabras de Pablo VI, "existe para evangelizar" (E. N.14), un evangelizar
que es fruto del « ser llamados para estar con El, y para ser enviados a predicar con poder » (Marcos 3, 13-14).
"Sólo un corazón contemplativo y transformado, decíamos al hablar de la contemplación, puede ser un corazón que evangeliza y proclama en la fuerza del Espíritu, la buena nueva de Cristo Resucitado".
Y la experiencia de la Comunidad es, en este aspecto, como en tantos otros, una experiencia llena de gozo y de humilde acción de gracias y, a la vez, profundamente comprometedora para el futuro de
mayor fidelidad a esta triple vocación.
Verdaderamente « el Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres » (Salmo 126, 3) y, por eso, brota de nuestro corazón una honda acción de gracias por la forma
superabundante en que ha confirmado con sus frutos esta vocación evangelizadora.
El ministerio de evangelización
El Papa Pablo VI afirma categóricamente que "la Iglesia existe para evangelizar". Lo mismo podemos afirmar de la Comunidad Siervos de Cristo Vivo: "La Comunidad
Siervos de Cristo Vivo existe para evangelizar". « Nosotros -podrían decir los Siervos de Cristo Vivo- debemos atender a la oración y al ministerio de la Palabra » (Hechos 6,
4).
A lo largo de estos quince años la Comunidad ha ido descubriendo y concretando los diversos ministerios para vivir su vocación evangelizadora. Son los siguientes, que el Señor fue suscitando en la
Comunidad para evangelizar.
i) Los Retiros con la fuerza del testimonio y la unción del Espíritu Santo: « Que me envió Cristo a evangelizar no con sabia dialéctica » (1 Corintios 1, 17) « ni con sublimidad de elocuencia o de sabiduría sino en la manifestación del Espíritu y del poder, para que vuestra fe no se apoye en la sabiduría de los hombres sino en el poder de Dios » (1Corintios 2, 4-5).
ii) Los Seminarios de Vida en el Espíritu que el Señor nos ha ido confirmando como uno de los medios más poderosos y actuales de una auténtica y Nueva Evangelización.
iii) El Ministerio de Televisión y Radio, tan delicado y complejo, que evangeliza a través de los medios de comunicación social, requiere un personal altamente tecnificado y a la vez, consciente de su vocación evangelizadora en la fuerza y sabiduría del Espíritu. Actualmente, además de Lumen 2000, cinco Casas más tienen un programa de evangelización por televisión. A la vez, casi todas nuestras Casas tienen un programa de radio.
iv) El Ministerio de la Librería, que facilita a los fieles una variedad cada vez más abundante y profunda de literatura selecta para su formación cristiana.
v) El ministerio de las Escuelas de Evangelización, irreemplazable, y ya con amplia proyección internacional cada vez más apreciada en orden a la capacitación de nuevos y numerosos evangelizadores.
vi) El Ministerio de Animación con su eficacia inigualable mediante la Oración en el Espíritu con la Música y el canto.
vii) El Ministerio de Cassettes y Videos, mediante los cuales la Evangelización llega, en formas increíbles, a sitios y personas a donde de otro modo es casi imposible llegar personalmente, y mediante los cuales el anuncio del Evangelio se prolonga más allá de los momentos fugaces de un Retiro y se comparte con oyentes nuevos e inesperados.
viii) El Ministerio de oración que agrupa a muchísimos hermanos y hermanas que con su intercesión perseverante, humilde y gozosa, sostiene y apoya a todos los demás ministerios, con la certeza de la palabra del Señor: "Sin Mí no podéis hacer nada" (Juan 15, 5), y con la convicción agradecida de que "la oración es el alma de todo apostolado".
Ke-Ka-Ko
La palabra "Evangelización" ha sido aplicada a tantas actividades eclesiales, que hemos tratado de definir lo que entendemos nosotros por "evangelización", con la sigla "Ke-Ka-Ko".
("Ke" = Kerygma, "Ka" = karisma, "Ko" = Koinonia, o comunidad)
Creemos que el enfoque de nuestra Evangelización debe ser:
"Kerigmático" es decir, dirigido al primer anuncio de la Buena Nueva: "Hay alguien que te ama y te perdona, y quiere salvarte... se llama Jesús". Nuestra mentalidad ha de ser kerygmática: interpelar a los demás a tomar una decisión por Jesús. El kerygma no es sólo el anuncio verbal de Jesús, es una mentalidad, una manera de enfocar todo. Se puede comer, jugar y cantar con una mentalidad y una visión kerygmática. Incluso la catequesis se debe enseñar de manera kerygmática.
"Carismático" es decir evangelizamos con la expectación de la manifestación con poder del Espíritu Santo, quien confirmará nuestras palabras con signos y señales. Todos los carismas están ordenados al crecimiento de la Iglesia, hacia la manifestación del Reino. Algunos parecen más ligados a la evangelización que vienen a confirmar, a acompañar con signos: sanaciones, milagros, liberación de espíritus malignos. Los carismas manifiestan el poder de Dios, autentifican el mensaje, invitan a la conversión, acompañan a los apóstoles, a los que anuncian el Evangelio (cf. Hechos 2, 22). Estos signos vienen a confirmar que el Evangelio « es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree » (Romanos 1, 16).
"Comunitario" La experiencia de la Iglesia a través de dos mil años nos enseña que toda evangelización debe salir de, y volver a la Comunidad. Toda actividad evangelizadora debe ser canalizada por una comunidad, no por evangelizadores aislados.
"Ke-Ka-Ko" es una respuesta a la gran misión de evangelizar (cf. Marcos 16, 15) y a la llamada de la Iglesia a una Nueva Evangelización, con el anuncio de Jesús (kerygma), con signos sensibles (carismas) y en un marco comunitario. Se trata de revitalizar y dinamizar lo que ya existe con un nuevo ardor carismático, un nuevo método kerygmático y una nueva expresión comunitaria.
Nueva Evangelización
Lo que la Iglesia necesita para esta nueva evangelización hoy no son solamente mejores planes, proyectos, ni nueva organización; de lo que tiene necesidad la Iglesia en
la actualidad es de hombres y mujeres que puedan ser utilizados por el Espíritu Santo: hombres y mujeres de oración, poderosos en oración. Es que el Espíritu Santo no pasa a través de métodos, sino
de hombres. No desciende sobre maquinarias, sino sobre hombres. No unge los planes, sino a personas de oración.